Otro Día del Padre junto al mar

Los chicos están enormes. Crecieron un montón, en muchos sentidos.

Tomi empezó la secundaria, Anita la universidad…

Y aunque ya no necesitan que esté tan pendiente como antes, confieso que todavía me cuesta soltarlos… solo un poquito.

Eso hace que me sobre algo de tiempo libre que, obviamente, lleno con otras cosas.

Como volver a estudiar.

Me parece mentira que este sea el décimo Día del Padre desde que te fuiste.

Físicamente, claro.

Porque aún seguís presente: en cada rincón de la casa, en los chistes que hacemos, en las costumbres que sostenemos casi sin darnos cuenta.

Siempre encontramos alguna excusa para evocarte y traerte, al menos un ratito, de vuelta.

Como hoy, que volvimos a recordarte junto al mar.

Ya sabés cuánto disfruto del sonido de las olas y del viento salado mientras camino por la playa, libre de multitudes en esta época.

Es como si ese gigante azul, imponente y majestuoso, me prestara un poquito de su fuerza.

Quiero que estés tranquilo y sepas que, a pesar de la falta inmensa que nos hacés, los chicos están bien.

Y yo…

También.